domingo, 8 de noviembre de 2015

Cuando estás dormido


 

Sólo tú puedes salvarme del miedo absoluto al olvido,
de la imparable aguja del reloj sonoro,
del inequívoco incierto de la duda,
del latido inútil,
del corazón herido.

Sólo tu mirada devuelve la luz a mis ojos
cuando todo está perdido.

Sólo tu mano ocupa el vacío de mi pecho
cuando siento frío.

Sólo tu cuerpo es mi refugio…
cuando estás dormido.

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