Te hiciste manos
para pintar colores:
formas definidas,
metáforas de retratos,
hipérboles de paisajes,
pasteles, acuarelas, trementina…
Te hiciste ojos
para mirar belleza:
destacar contornos,
tauromaquias, tristeza,
flores azules imposibles,
instantáneas eternas,
fotografía…
carboncillo, aguafuerte,
trapo, bastidor, paleta de
mezcla,
sombra, borrón, mancha, silueta…
Y de repente, un día en aquel
cuadro
lleno de borrones y garabatos
surgió una figura fuerte,
hermosa,
grande, poderosa
Coloso de Goya,
enigmática Gioconda,
Dalí deshaciendo el boceto,
Picasso aprendiendo el cubismo,
Garcilaso escribiendo un soneto…
y tú: genio, hombre, artista
descubriéndonos tu universo.