domingo, 20 de noviembre de 2016

PRESENTACIÓN POEMARIO EL COLLAR DE LA SOLEDAD

El pasado día 11de noviembre se presentó en Alcultura el poemario de Josemy Valverde: El Collar de la Soledad.




Hablar de José Miguel Valverde es hablar de generosidad, de entrega, de comprensión, pero además es hablar de contrastes... Josemy es alguien que compagina un trabajo tan mecánico, práctico y cuadriculado como la auditoría con una pasión tan hermosa, tan sensible  y espiritual como la poesía.

Josemy gusta de la observación, de la introspección, de recogerse en sus propios pensamientos  y acompasar el latido de su corazón con el ritmo de sus pasos durante las jornadas de su querido camino de Santiago.

Aunque el autor nos explica ya en su presentación del libro que el título “El collar de la Soledad”, hace referencia a la  soledad de los amantes, “esos amantes que se enamoran por una sola mirada” de la obra “El collar de la paloma “, podemos  encontrar ecos de todos los grandes títulos de autores clásicos donde la soledad se erige como principal protagonista.

En la magistral obra “Cien años de soledad" de Gabriel García  Márquez, todos los personajes masculinos de la familia Buendía intentan escapar de la soledad en algún momento de sus vidas, pero finalmente se dan cuenta de que, inevitablemente es su destino y deciden aceptarla. "La soledad es un atributo de los hombres “dice Mika  Waltari.

En el ensayo magistral “El laberinto de la Soledad” del mejicano Octavio Paz, habla del pesimismo y de la impotencia. Habla de esa soledad de lo que no existe, no propiamente de los que faltan porque “somos de verdad distintos y estamos solos pero “el mundo cambia si dos se miran y se reconocen “…

En la “antolojía" de Juan Ramón Jiménez, la soledad es un sentimiento melancólico del sujeto lírico que se refleja en un intento de fusión del espíritu con la naturaleza: “ en ti estás todo mar, y sin embargo qué solo, qué lejos siempre de ti mismo “.

En el poemario “Soledades”, de Antonio Machado, la soledad va asociada al paso del tiempo, a la muerte y a la ausencia de la amada: “No te verán mis ojos, ¡Mi corazón te guarda!”.

San Juan de la Cruz en la “Soledad Sonora”, recrea los siguientes versos “la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora”.

Alfredo Bryce Echenique, en la obra “La Soledad y el amor” habla de la soledad de la gente rodeada de la multitud o del adolescente que lucha por mantener su individualidad…

En cuanto a la etimología del término collar, podemos hacer referencia a la multiplicidad de acepciones entre las que destacaremos su uso como adorno femenino para embellecer el cuello de la mujer, la recompensa militar que se otorgaba para premiar el valor de los soldados en la batalla, el “Milites Torquati” o el instrumento  de suplicio para castigar a los esclavos.

Elijamos pues, el collar que más nos guste, bien para embellecernos, bien para castigarnos o bien para premiarnos, pero pongámonos ese collar que nos ahuyenta la soledades de los amores perdidos, nos cura de las heridas de amores fallidos, nos embellece los amores felices y nos acerca la compañía deseada.

Josemy; Ángel sin alas que comparte el camino con su hada, hay en ti una esperanza del amor del que no hacen falta palabras; solo los versos que besan el alma.