jueves, 29 de noviembre de 2012

FRÁGILES


Mientras derramas sobre mi cuerpo tus manos,

borras heridas y soledades

y mi frágil piel de alabastro

recobra, lenta, su fuerza y equilibrio.
 

Palomas liberadoras

de pesadillas tus manos,

tus profundos ojos

lloran un presente inacabado.

Tus hombros soportan

dolientes cuerpos desnudos

que tiemblan y se estremecen

hasta alcanzar su herida.
 

Cuando tocas mi carne

es mi alma la que respira,

cuando tus hábiles dedos recorren

tendones como espigas,

músculos abiertos,

incurables heridas…

eres Dios en mi tierra

y yo frágil vencida.

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