Hubo de vivir los días más negros
para
volver a ver la luz;
hubo
de regresar de entre los muertos
para
encontrar su camino.
Allí,
solo había silencio,
solo
había luto y duelo.
Allí estuvo, durmiendo,
deambulando
entre sueños…
Miles
de almas a las que dio vida
le susurraban al oído:
que
no había llegado aun su día,
que
abandonase aquel vacío…
Miles
de lágrimas en la tierra
enjugaban
su llanto,
entre
angustiosas horas de espera
pidiendo
el milagro.
En
Algeciras rogándole a todos los santos:
tu
familia, tus hijos y tus hermanos,
y
en el mundo de los médicos:
incertidumbre y tristes partos.
Y
Dios se apiadó de nosotros
que
no podíamos soltar tu mano,
pues
seríamos muchos huérfanos
los
que quedábamos sin tu regazo.
Y
Don José Rivera Martínez
volvió
de nuevo a la vida,
para
alegría de su familia
y
para leyenda de Algeciras.
Pues
mejor médico no existe
gloria
de la ginecología
que
todos somos tus hijos
pues
mucho parto asististe
y
desgastaste mucha energía,
en
traer niños al mundo
que
te donaran su sangre
y
te honrasen con su poesía.
Lo mas bonito que he leído nunca. Muchas gracias por hacerme llorar un poquito, pero de alegría, que de pena ya lloramos mucho pensando que mi tío se iba.
ResponderEliminarUn besazo
JMFRivera