A mi tío Paco, que nos ha dejado hoy solos y grises ...
Lloraba el cielo
el día en que te fuiste,
mientras el triste mar
ahogaba tu secreto.
Cuántas veces pediste a gritos
cambiar tu cuerpo por el suyo…
Cuántas veces lloraste a voces
rompiendo el silencio.
Fuiste capaz de soportar
tempestades de levante
que no te pudieron arrancar
de aquel inseguro puerto;
Fuiste capaz de desafiar
furiosas olas gigantes
que nunca pudieron ahogar
aquel dolor de tristeza y lamento…
Pero nunca, nunca pudiste superar
aquella puñalada de la vida,
aquella garra injusta y homicida
que segó la vida de tu hijo
dejándote a ti medio muerto.
Nunca fuiste el mismo,
no volvió tu sonrisa
ni tu mirada a la mía.
Hoy lloro tu partida
pero sé que estás donde quieres
con quien siempre quisiste
compartir tu vida.
Despido a un buen hombre,
a un hombre “bueno”
que dejó tras sus huellas
un inabarcable hueco
en el corazón de tu familia
y en el cariño de su pueblo.
Descansa tito;
hoy desgarras mi universo
pero aprendo de tu vida
y me aferro a tu recuerdo.
Le contaré a mi hijo
que moriste ya de viejo
y que sembraste en el camino
rosas blancas en el puerto.
Hola, Mar: Precioso homenaje a tu tío Paco, sin duda alguna un gran hombre. En tus versos desvela la pesada cruz que le tocó llevar hasta su muerte. Descanse en paz.
ResponderEliminarBonita poesía, de verdad. Puedo ponerla en un grupo de poesía que tenemos en facebook, diciendo que es tuya... por supuesto ???
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